¿Cómo hacer clic hacia una nueva economía? Una economía circular nos permite construir el puente entre el querer y el poder para llevar adelante las transformaciones necesarias.
El título parafrasea la versión de la frase postulada por León Tolstoi, “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”. La reflexión por la pandemia, más las previsibles consecuencias de la invasión a Ucrania, pueden ser un nuevo punto de partida a fin de encontrar las mejores soluciones para los viejos problemas, que se actualizan, tanto para aquellos que parecen nuevos, pero son versiones de supuestos remedios que solo generaron “curas” temporales…
Esta perspectiva redimensiona la importancia de continuar profundizando en nuevas formas de hacer economía, como la economía circular. Si bien el conocimiento de ésta se va extendiendo con distintos grados de avance, es un camino que recién empieza y queda mucho por transitar para concretar la implantación de este nuevo modelo económico.
La versión del actual capitalismo lineal, tal cual lo conocíamos hasta ahora, característico de la revolución industrial, prioriza la producción y el consumo a corto plazo, basado en la extracción de recursos naturales, su explotación y uso. Este proceso de industrialización masiva de productos y servicios de escaso valor para un consumo pasajero que deriva en su eliminación, está llevando al planeta a ser un lugar insostenible. Así, se enfrenta directamente con el ciclo de vida de la naturaleza. Es por ello por lo que el concepto de responsabilidad aplicado al desarrollo económico es clave, tanto para pensar en soluciones colectivas como para comprender que el modelo de la economía extractivista ya no tiene cabida en el mundo en que vivimos. Allí radica el necesario “clic” hacia una nueva economía: hay que cambiar la perspectiva (a través de un cambio cultural) para pensar en el desarrollo de forma circular, con el ser humano como eje fundamental, donde los pequeños, medianos y grandes empresarios, con apoyo de las políticas públicas, hagan girar la rueda en una dirección positiva.
El llamado global como un grito a la acción
2015 fue un año relevante en materia de declaraciones y debates internacionales en la dirección planteada. Aquel año, el 25 de septiembre, los líderes mundiales adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) expuestos por Naciones Unidas, a partir de un conjunto de objetivos globales para erradicar la pobreza, mejorar las condiciones de vida de la población, lograr la rápida transición hacia una economía baja en emisiones de carbono y resiliente al cambio climático, y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse antes de 2030.
También la Unión Europea hizo punta con el primer paquete normativo, y más adelante, con el Pacto Verde Europeo, dio otro paso al frente con el plan de acción.
El tiempo transcurrido desde aquellas declaraciones, muy importantes, más otras conferencias posteriores, confirman que a pesar de algunos avances la comunidad internacional no ha avanzado con la celeridad necesaria. Ya se ha fundamentado con creces y en distintos foros mundiales que el desarrollo sostenible es posible y que no existe una dicotomía insalvable entre la generación de riquezas y el cuidado del medio ambiente.
Ahora, es necesario tomar cartas en el asunto ya que si no se hace algo como conjunto humano, no hay un segundo mundo para volver a intentarlo. Para ello, debemos pasar a la acción, aumentando la ambición global, y disminuyendo la ambición personal. Porque el verdadero cambio radica en tomar consciencia de que las cosas pueden hacerse mejor, y ese cambio parte de nosotros. Es posible y vale la pena.
Otra forma de pensar y hacer la economía
Dentro de la nueva economía, de la variedad de enfoques y visiones (economía verde, del bien común, social, ecológica, colaborativa, azul, cooperativa, de la rosquilla, etc.), y entre el conjunto de teorías y herramientas disponibles, la economía circular se destaca como el paradigma que ha logrado mayor nivel de institucionalización. Por su utilidad y adaptabilidad, regiones, países y ciudades han dictado en los últimos años normas que la promueven. El mundo de la empresa también está incorporando sus modelos de negocio.
La impronta de estos modelos, promovidos estos días por amplios sectores de la comunidad internacional, es la oportunidad de construir un mundo mejor para nuestros hijos y nietos, y empezar a verlo en la actualidad.
La economía circular no es el fin de la economía
Es un hecho que con la pandemia en 2020 se ha experimentado «la interrupción de alcance planetario más abrupta de la actividad económica de la historia», tal como afirma el economista británico Adam Tooze. Este especialista en política y economía internacional deja algunas reflexiones muy interesantes que ayudan a comprender en qué lugar estamos parados cuando evaluamos lo que vendrá en el futuro cercano: «Es tanto una demostración sorprendente de nuestro poder colectivo para detener la economía como un recordatorio impactante de que nuestro control de la naturaleza, sobre la que descansa la vida moderna, es más frágil de lo que nos gusta pensar». En la misma dirección, podemos afirmar (reafirmado a partir de la invasión a Ucrania), que la crisis climática y de biodiversidad, resultan catalizadoras de distintos procesos que se venían “evitando” en la economía. Como dijo el prestigioso economista John Maynard Keynes, “en economía puede evitarse todo, menos las consecuencias”. Hemos evadido las externalidades negativas durante mucho tiempo.
Buscar modelos alternativos implica una fisura, pero no una ruptura. Entonces, la economía circular no debe concebirse como el «fin de la economía» (trazando un paralelismo con el «fin de la historia o al último hombre» de Francis Fukuyama), sino más bien como una transición, un nuevo estadio cualitativo de esta. Ser sostenible no implica dejar de producir, de buscar rentabilidad, de distribuir ganancias, sino más bien todo lo contrario: es comprender el contexto y adaptarse a él, haciéndose cargo del saldo negativo del modelo que se deja atrás y buscando soluciones creativas para enfrentar las nuevas realidades.
Podemos cambiar el mundo y la economía
Como vemos, nos encontramos transitando hacia otra etapa, un nuevo periodo evolutivo. Por tanto, se presenta el desafío de promover un nuevo ser humano, el Homo circularis, como protagonista de esta nueva era. Una evolución que por primera vez es consciente, desde la voluntad, y que deja atrás al Homo economicus, exponente máximo de la economía lineal. El tiempo histórico marca las horas de un ser humano y un mundo que están transicionando gracias a la tecnología, pero también a las advertencias climáticas. Debe surgir una sociedad más consciente y colaborativa, impulsada por las nuevas generaciones, que demanden empresas más responsables y un Estado que asuma un papel emprendedor, dinámico e inclusivo.
Se trata de un ser humano o de una comunidad que se adapten a un nuevo tiempo y que aprovechen las oportunidades del cambio.
Partiendo de una visión amigable de los negocios, la búsqueda de la rentabilidad con resultados distribuidos, el cuidado del medio ambiente, y con el Homo circularis como nuevo modelo del comportamiento humano, podremos seguir desarrollándonos. En este escenario, la economía circular es una herramienta eficaz para consolidar estos procesos, que ya están recorriendo un camino y dando los primeros beneficios.
Dedicado a la consultoría, docencia y generación de contenidos para la promoción del desarrollo económico sostenible a partir de la economía circular.
Vinculado desde hace mas de una década a la gestión pública y el ambiente, se desempeñó en diversas posiciones ejecutivas, en las cuales interactuó con diversos organismos internacionales como BID, PNUD, GIZ, entre otras.
Impulsor de la Economía Circular desde 2015, ha sido orador en numerosos encuentros presenciales por toda Argentina, y de manera remota en diversos cursos y foros internacionales.
Autor de los libros “Economía Circular, el cambio cultural”, 2da edición. Edición Buenos Aires. Editorial Prosa, 2020. Y “Cómo hacer clic hacia una nueva economía”. España. Editorial Caligrama, 2021.
Excelente publicação, parabéns ao autor.
Terei prazer em compartilhar, para semear o conceito de uma Economia Circular e motivar a transição.
Muito obrigado pelo seu apoio e interesse!